viernes, 20 de mayo de 2011

Rafa no te quites las gafas

Rafa no te quites las gafas.
Cuando te vi, todo solemne, en aquella caja de madera, algo determinante faltaba en tú rostro que no era el bigote. Enseguida reparé en que por primera vez desde que te conozco no llevabas las gafas puestas, luego era verdad, habías muerto.
Me he dado cuenta que me voy especializando en escribir sobre los compañeros y colegas de mi generación que poco a poco nos van dejando, como aquel escritor de derechas que acabo escribiendo un libro que se llama “Mis amigos muertos”. Para mi empieza a ser una necesidad evocarlos, porque me parece muy injusto que nuestros seres queridos nos dejen en silencio o en medio de la retórica vacua de un desconocido que nos predica sobre la trascendencia de la vida o sobre las virtudes del difunto, para él totalmente ignoradas por desconocimiento del personaje. El caso es indicar a los supervivientes el camino de la “santidad”.
Pero Rafa no fue un santo al uso. Ni siquiera fue un santo. Fue un hombre bueno, aunque sea de mal gusto recordarlo en este momento. Vivió peligrosa y vertiginosamente los años de su juventud, como tantos jóvenes de Vallecas. Parece un sarcasmo que siendo un pionero de las cabinas, terminara instalando teléfonos. Siempre recordaré los grandes momentos que he vivido con él, viajes alucinantes en los que no parabas de reírte gracias a las ocurrencias absurdas y extravagantes propias de rafa.
Hemos compartido momentos importantes de nuestras vidas, el nacimiento de nuestros hijos, matrimonios, amaneceres, puestas de sol y descubrimientos de nuevos paisajes. Siempre que le necesité estuvo ahí. Trataba a todo el mundo con cariño, huía de las murmuraciones, de lo que él llamaba “mamoneo” y nunca le oí hablar mal de nadie. Por eso era unánimemente querido y respetado.
En los últimos años como consecuencia de la enfermedad tuvo que arrastrar terribles padecimientos que solo nos imaginábamos los que le conocíamos. Incapaz de deslucir un buen momento trataba de no aparentar dolor y se retiraba discretamente a su casa para no llamar la atención sobre sus males. Ha sido un ejemplo de resistencia y de dignidad ante la adversidad y un final que él sabía próximo. Hasta el último momento hizo gala de un extraordinario optimismo que siempre entendí como una muestra de respeto y cariño a los demás. Las últimas palabras que me dijo en vida fueron que estaba esperando el alta para volver a su casa, a su barrio y con sus amigos.
Todos los que formamos parte del paisaje de su vida, Silvia, Iván, el resto de su familia sus amigos de Peña Prieta, la Gallineta y el Cochinillo, sus compañeros y compañeras del Ateneo Republicano de Vallecas y de Tele K, sus vecinos de la cooperativa donde vivimos, estamos agradecido por haberte conocido y haber disfrutado contigo de la vida. Tus cenizas reposaran muy cerca de nosotros, en un entorno que conoces desde niño, para que nos eches un vistazo de vez en cuando. Cuidaremos de todo lo que has dejado que no es poco, querido amigo. La vida sigue, la lucha por sobrevivir y por avanzar continúa.

lunes, 3 de enero de 2011

A vueltas con la izquierda madrileña

Con motivo del batacazo electoral de los partidos de izquierda madrileños en las elecciones europeas, se encendieron todas las luces de alarma que aun estaban apagadas. Por primera vez desde la desaparición del CDS, una formación de centro derecha, la UPyD, se abrió paso como tercera fuerza política de la región, lo que hace aún más lejana la posibilidad de gobiernos de izquierdas en la Comunidad y en el Ayuntamiento de Madrid. Por otra parte la izquierda radical y el ecologismo que habían concitado cierto interés en algunos sectores obtuvieron unos resultados testimoniales, que evidencian que no representan una alternativa electoral a corto plazo.

Este declive tendría que llevar a una reflexión en profundidad sobre sus causas y un repensar un proyecto alternativo, para que no se convierta en un ocaso que dure décadas. La crisis de la izquierda no es consecuencia, como se viene diciendo, de la expulsión de la población más joven hacia la periferia, ya que la derecha crece en la práctica totalidad de los municipios de la comunidad, sino que obedece a razones más profundas como son la falta de credibilidad, la inexistencia de un proyecto alternativo y el apalancamiento defensivo de los partidos como reacción a una situación adversa. En 2003 ocurrió un suceso decisivo como fue la deserción de dos diputados socialistas, hecho que obligó a repetir las elecciones que terminaron dando la mayoría absoluta a Esperanza Aguirre. Sin duda, este asunto no suficientemente explicado, ha ayudado a neutralizar desde entonces a un sector exigente del electorado de izquierdas, pues ha venido a reafirmar la idea de que “todos son iguales”. Por otra parte, el discurso en contra de las privatizaciones de los servicios públicos, se viene abajo con la práctica de la izquierda allá donde gobierna, por no hablar de la proliferación de escándalos de corrupción que afectan a cargos públicos de PSOE, y en menor medida por su menor peso institucional, a Izquierda Unida. Igualmente desmotivador es la coincidencia de derecha e izquierda en los grandes proyectos para nuestro área metropolitana: el Madrid Olímpico, el eje Prado-Recoletos o las operaciones de Chamartín y Campamento, que vienen a incidir en el mismo modelo de desarrollo socioeconómico que en los discursos se ha dado como finiquitado por caduco e insostenible. El consenso básico sobre las grandes estrategias refuerza la idea de que el PP es al mismo tiempo el gobierno y la oposición. Gallardón es la oposición al gobierno regional y Aguirre la oposición al gobierno municipal. Por último, los aparatos de los partidos son cada vez más autónomos de los electores y de los valores que representan; así, los candidatos socialistas a la alcaldía de la capital son promovidos desde la Moncloa, sin que se tomen la molestia de permanecer en la oposición una legislatura, mientras que Izquierda Unida promueve un carrusel continuó de cambios para que siempre permanezcan los mismos, eso sí en diferentes puestos.

Urge repensar la izquierda en las grandes ciudades. En primer lugar, en el caso de la Capital, partimos del hecho de que la izquierda comparte con la derecha el modelo de división administrativa. En ninguna gran capital europea existe el grado de centralismo que padecemos en Madrid. Los gobiernos de la Comunidad y del Ayuntamiento de Madrid, compiten entre sí desaprovechando los recursos disponibles. El viejo paradigma de la izquierda: el reequilibrio social entre los distritos ricos y pobres ya no es convincente. Lo que verdaderamente necesitamos en los distritos de la perferia es más capacidad de autogobierno municipal, elegir a nuestros responsables municipales de manera directa, y disponer de un presupuesto propio en cultura, políticas activas de empleo, vivienda, fomento de la participación ciudadana, servicios sociales y mantenimiento de los equipamientos y vías públicas, entre otras materias. Esta propuesta estimularía a la participación electoral a muchos ciudadanos de estas zonas, que actualmente se abstienen porque no se sienten concernidos.

En segundo término está relacionado con las formas de gestión. Ha calado entre la izquierda la idea que es más eficaz y barato que la mayor parte de los servicios públicos se gestionen a través de empresas privadas, constituidas a tal efecto por personas del entorno político. En algunos casos este tipo de entramados se utilizan como forma de financiación ilegal de los partidos. Si nos damos cuenta, este es el “modelo gurtel” tan denostado. Creo que la experiencia privatizadora de la izquierda hay que someterla a un análisis profundo, en una situación de crisis económica y desempleo masivo como la que atraviesa el país. La pregunta sería, ¿Existe una alternativa a la gestión privada que genere empleo y sea eficiente al mismo tiempo?Estoy convencido de que si, de que se pueden explorar fórmulas viables y transparentes de gestión directa que contribuyan a mejorar los servicios públicos y paralelamente ser un factor de creación de empleo de calidad en un momento donde las administraciones publicas tienen que dinamizar la actividad economica. El objetivo sería trasladar los beneficios que obtienen las empresas privadas (y los intermediarios) al sector público para su reinversión social.
El tercer elemento que incide en la falta de proyectos alternativos al modelo de desarrollo insostenible de los gobiernos de Aguirre y Gallardón. Y aquí hay que optar, o nos dejamos engullir por la corriente dominante a favor del ladrillo, del uso del vehículo privado, de la pérdida de sociabilidad de la región, o nos situamos en otra lógica a favor de la rehabilitación y aprovechamiento del espacio urbano existente, del transporte público y de la bicicleta, del estímulo de una región de la cultura, que hagan de Madrid un área metropolitana más amable desde el punto de vista de la convivencia, más sostenible desde el punto de vista ambiental , mas democrática desde el punto de vista de acercar y hacer partícipes a los ciudadanos en la toma de decisiones y, por supuesto, mas activa en el despliegue de recursos sociales contra los efectos de la crisis. Por último, hay de reconocer que la izquierda desde el “tamayazo” arrastra un déficit de credibilidad que es necesario abordar. Las candidaturas cocinadas por los aparatos, no ha hecho sino ahondar en el progresivo alejamiento electoral de la izquierda sociológica madrileña. Creo que el PSOE - que ha dado un paso muy limitado en la buena dirección con la celebración de elecciones primarias para elegir a sus candidatos- tiene que ofrecer en primer lugar un equipo eficaz y solvente capaz de gestionar una Comunidad y un Ayuntamiento de Madrid con una deuda espectacular. Por su parte Izquierda Unida no puede desaprovechar la oportunidad de representar visiblemente con sus listas electorales al pueblo de izquierda que se enfrenta al neoliberalismo, pero que también se propone acabar con un ciclo demasiado prolongado de gobiernos conservadores. Ese déficit solo se puede superar abriendo la elaboración de las listas electorales a la ciudadanía progresista, mediante mecanismos de consulta en las que no solo participen los militantes. Los partidos no son exclusivamente responsables ante sus afiliados sino también ante sus electores. Siempre se dirá que son los partidos de acuerdo con la constitución y con sus estatutos de los encargados de componer sus listas electorales. Ahora bien, también los electores podemos optar por abstenernos. Y en esas estamos.
Paco Pérez
Tele K

Vallecas puerto de mar con autogobierno municipal


Igual de incontestable que la victoria del PP en las elecciones municipales de 2007, fue la de los partidos de izquierdas en los dos distritos de Vallecas. Más del 61 por ciento de los electores de Puente Vallecas y el 54 por ciento de Vallecas Villa votaron a las fuerzas que son oposición en el Ayuntamiento. Además, el PSOE resultó ser la fuerza más votada en ambos distritos y en el caso de Puente de Vallecas, la suma de los votos de las dos formaciones de izquierda obtuvo una holgada mayoría absoluta en sus 27 colegios electorales. Una singularidad que se pone aún más de manifiesto por la victoria del PP en los distritos del Sur, de similares características sociales y hasta ahora, de parecidos comportamientos electorales. Dada la fragilidad de las propuestas de la izquierda en aquellos comicios, el veredicto de Vallecas debería ser objeto de un estudio antropológico.
Con estos resultados las 18 asociaciones de vecinos de Puente y Villa de Vallecas, con el apoyo de la Federación Regional y de las principales entidades sociales vallecanas, reivindicó en su momento, que tal como sucede en Barcelona, el alcalde Ruiz-Gallardón designara presidentes de las Juntas Municipales de Vallecas a un componente de la lista más votada, como medida transitoria hasta que legalmente sea posible su elección directa.
El debate sobre la descentralización del Ayuntamiento de Madrid, fue un aspecto secundario en las anteriores elecciones municipales y puede que suceda lo mismo en las de 2011. Sin embargo, se hace urgente revisar el modelo de organización administrativa de Madrid que, por otra parte, no se corresponde con el de las grandes urbes europeas. Los más de 11 millones de personas que residen en Paris, están administrados por diferentes ayuntamientos y la capital de poco más de dos millones de habitantes está regida por el Alcalde de la ciudad y por los alcaldes de los distritos que son elegidos democráticamente, de tal forma que hay distritos gobernados por partidos distintos a los que gobiernan en el Hotel de la Ville. En Londres sucede algo parecido, su área metropolitana acoge a 14 millones de personas, de ellas la mitad viven en el Gran Londres, que tiene una autoridad municipal y un alcalde con competencias limitadas. Administrativamente, el Gran Londres se divide en 33 Boroughs- ciudades-, estas cuentan con una corporación elegida por sus vecinos que gestiona un presupuesto propio.

Frente a esto Madrid, con 3.300.000 habitantes, se divide en distritos gestionados por delegación del Alcalde que elige siempre a un miembro de su partido con independencia de las preferencias electorales de los vecinos. Es tal el vaciamiento de competencias que los plenos municipales se limitan a debatir sobre las mociones de la oposición, sin que se discuta la gestión municipal. No es de extrañar que el horario de su celebración se haya trasladado a las dos y media de la tarde, justo la hora de la comida para la mayor parte de los vecinos. La burocrática administración del municipio de Madrid se asemeja a la de los bancos: Unos servicios centrales fuertes y unas sucursales repartidas por la ciudad sin apenas competencias y destinadas a la gestión de particulares.

Ya no bastan recetas dirigidas a imprimir un mayor reequilibrio territorial, pertinaz paradigma de las propuestas de la izquierda, lo que necesitamos en Vallecas es más capacidad de autogobierno para resolver nuestros problemas y administrar mejor nuestros recursos. La renta disponible de los vallecanos es un 35% inferior a la madrileña y arrastramos las mayores tasas de desempleo y el menor número de matriculados universitarios. Estas cifras contrastan con nuestra aportación, vía impuestos, a la hacienda municipal; los tributos municipales al no ser progresivos, es decir, no paga más quien más tiene, hace que los distritos con mayor número de habitantes, viviendas, vehículos matriculados y locales comerciales sean los que más contribuyan, con independencia de su economía.
Pero, además, la integración forzada de todos los desequilibrios sociales en un mismo ayuntamiento, ha tenido efectos desastrosos para los vallecanos y el resto de ciudadanos de los distritos del Sur. Mientras que Madrid capital en su conjunto ha mantenido unas tasas de desempleo inferiores a la media de la Unión Europea, la mayor parte de estos distritos la superaban, de tal forma, que con otro modelo de organización administrativa, podrían haber accedido a los Fondos Europeos para las áreas más desfavorecidas, como sucedió con la mayor parte de los ayuntamientos limítrofes. Esto nos lleva a mirar con cierta envidia la oferta de servicios y equipamientos, el gasto social y la capacidad de autogobierno de muchos municipios del área metropolitana.
En definitiva, en Vallecas ni nos gobierna quienes elegimos, ni recibimos lo que nos corresponde. Un primer paso hacia una mayor descentralización y capacidad de autogobierno de los distritos es que el futuro alcalde respete los resultados electorales de los distritos, por eso hay que exigir un compromiso previo de todos los partidos. Tanto si aceptan como si no, su decisión será irreprochable desde el punto de vista legal. Ahora bien, en un caso sería una decisión democrática y en el otro no.