domingo, 28 de marzo de 2010

Los quince de Lonquén y la victoria de La Victoria

El sol y el día erán de justicia en Santiago de Chile. Después de 37 años, las víctimas de uno de los crímenes más horrendos de la siniestra dictadura que presidió el general Pinochet, han recibido sepultura. Se trata del caso de unos militantes sindicales que a los pocos días del golpe de estado de 1973 fueron sacados de sus casas en la comuna de Isla de Maipo, del área metropolitana de Santiago. A partir de entonces, pasaron a engrosar lo que los militares denominaron eufemísticamente, la lista de presuntos desaparecidos, y sus familias iniciaron un largo peregrinaje por los campos de concentración, que les llevo hasta la misma puerta del Estadio Nacional. Fueron 15 los asesinados, entre 14 y 51 años de edad, entre ellas un padre y tres de sus hijos, las que fueron llevadas una noche al cuartel de carabineros, por el único motivo de ser una parte de los chilenos que querían iniciar un futuro mejor para su país. Cinco años despues, en 1978, en la vecina localidad de Lonquén, unos trabajadores dieron sus restos calcinados, arrojados por sus verdugos al horno de una fábrica de cal, tras ser torturados.
Tras negarse la dictadura a identificar los cadáveres, mientras que sus familias y vecinos esperaban en una iglesia para poder enterrarles dignamente, se les llevó en secreto a una fosa común donde se les arrojó como si fuesen objetos y no sujetos. Ha sido el empeño de los familiares lo que ha conseguido, que un día de Marzo de 2010, unos puñado de ciudadanos nos encontremos a las puertas del Instituto de Medicina Legal para rendir un último homenaje, reivindicando memoria, dignidad y justicia. Todos han sido identificados gracias a la colaboración de expertos internacionales.
Por decisión de las familias se han desoido las directrices del gobierno de la derecha chilena, y el cortejo de 15 coches funebres y los acompañantes, ha atravesado el centro de la capital chilena, para verguenza de una sociedad que prefiere mirar para otro lado. Además, han invitado expresamente a las nuevas autoridades a no asistir a los actos de homenaje. Dicen que muchos de sus miembros fueron complices por acción u omisión de estos crímenes. Me ha conmovido profudamente este ejempo de dignidad humana.
El macabro caso de Lonquen fué el detonante de que los militares se precitaran en decretar una ley de amnistía, que hace posible que a pesar de conocerse la identidad de los carabineros responsables, estos no hayan sido juzgados jamás. ¿Les recuerda esta impunidad a situaciones más cercanas para los españoles?. A pesar de los años transcurridos y de los veinte años de gobierno de "centro izquierda", hasta ahora no han podido ser indentificados y sepultados dignamente. Creo que empiezo a explicarmelo. Entre los oradores del acto celebrado en la Comuna del Padre Hurtado, estaban el cura de la localidad y un concejal de la Concertación. El primero ha dirigido un vibrate discurso y el segundo unas palabras protocolarias que parecían querer no herir susceptibilidades. Al final el concejal me ha preguntado mi opinión sobre sus palabras. Creo que he estado un poco ácido. Le he dicho textualmente: "Me ha gustado el discurso político del cura y también tú bendición".
Por la tarde hemos culminado esta jornada tan emotiva. Tocaba inaugurar la Escuela de Comunicación Popular de La Victoria, una población que ha sido un ejemplo de resistencia a la dictadura. Allí, en sus estertores, fué asesinado por los militares el padre André Garland y muchos de sus jóvenes engrosaban las filas del Frente Manuel Rodríguez. Alguno de ellos, encabeza este proyecto hermano que es la Señal 3. A partir de ahora, muchachoss de toda la periferia de Santiago podrán formarse en los medios audiovisuales. Con su modestía, Señal 3, ha sido de los pocos medios chilenos que estaban cubriendo el homenaje a los 15 de Lonquén. La poblacion de La Victoiria, a 13.000 kilometros de Vallecas, me recuerda a la historia de resistencia de nuestro barrio.

1 comentario:

  1. Sólo una precisión. El Frente, como cariñosamente se le llamaba, tenía por nombre oficial Frente Patriótico Manuel Rodríguez. Es importante, en este caso, el adejtivo patriótico, pues su omisión recuerda el nombre con el que los medios de comunicación oficilistas de la época de Pinochet, le nombraban. El 16 de junio, hace sólo un par de días, se conmemoró un año más (van 23) del asesinato de 12 de sus militantes. Ese hecho se conoce con el nombre de 'operación albania'. Saludos

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